Punchi! Punchi!, olor a vomitada (o mejor dicho a Speed con vodka),
puchooo, Fasso, mucho chivo, lentes y banalidades conforman este
mundillo boliquero que nos rodea. La basta fauna de personajes es muy
variada, dependiendo ciudades, edades y ondas del momento. En los
boliches hay de todo… de todo. Es el motivo de esta entrada describir
algunos de estos muñecos que día a día… mejor dicho, que noche a noche
te podes topar:
*
El alzado: el vago esta al palo, el deseo de tocar y ser tocado se
refleja en todo su semblante. Las minas olfatean su desesperación
a catorce kilómetros a la redonda, no se le acerca ni los amigos.
El alzado va rebotando de un lado a otro, como un flipper. Sale
más peinado que Andy García en el Padrino III. El chamuyo que usa
es barato y muy poco creíble, cansa, aburre y se vuelve con las
bolas infladas de tanto perder.
*
La bailarina intocable: la mogólica esta toda la noche bailando
sola, como un estúpido robot. No le habla a nadie, ni siquiera se
gasta en decirte “no”. Es tan infeliz que te dan ganas de cagarla
a trompadas, no sin antes pegarle tremenda garchada, porque
evidentemente, no le da bola a nadie porque sabe que esta rica. La
hipócrita ni amigas tiene, no toma, no fuma, no habla, no mira…
solo baila. Y que bien baila!
*
El borracho: el pibe hace un par de meses que sale y aún no sabe
controlar su afección al escavio. Aprovecha al máximo el trago de
la entrada pidiendo bebidas altamente tóxicas, como GBG, séptimo
regimiento, piel de iguana, gato negro u otro brebaje del demonio.
Esta roto, medio vomitado, sucio, con los ojos rojos como culo de
mandril y un olor a farmacia que espanta. Generalmente termina
tirado en algún rincón o cagado a trompadas por otro borracho u
patova. Los amigos lo abandonan por garrón y el pobre la pasa como
el orto, cagado de frío y solo.
*
El trabado: típico personaje de la noche. El trabado usa remeras
apretadas, camisas apretadas, camperas apretadas y toda la mersada
para poder verse bien morcillón. Tiene los bíceps del tamaño del
muslo de un ser humano normal y anda alardeando por todo el
cheboli con eso. A algunas minas le gusta, aunque todas saben que
tanto anabólico achica el pito, así que nada de sexo… solo trances
lujuriosos con el Rambo. El termineitor baila como el orto y tiene
peinados de bala que solo porque es grandote pasan inadvertidos.
Se junta con otros bien flaquitos así resalta del rebaño y
levanta. Generalmente andan en 206 y termina por gustarles la pija.
*
El tonto peleador: no va de levante, no va de joda, no va de
pirata, no va a bailar, no va a chupar, no va a juntarse con los
amigos, no va con minas, no va a escuchar música, no va para
despejarse… solo va para trompearse a alguien. Brabuconea, pecha,
empuja, camina derecho sin importarle nada chocándose con cuanto
miserable se le ose cruzar. Mira fijo a los que sabe que le puede
pegar hasta que lo miran y ahí salta como langosta preguntando
“porque lo has mirado mal”… y te la encaja. Es duro como una
piedra y va siempre vestido para la guerra. Pantalones cómodos
para tirar patadas y musculosas para que no lo agarren de las
mangas. Seguro juega al rugby y tiene un ejercito de idiotas con
pocas neuronas tras él, pero igual se la re banca solo. Contra
uno, contra dos, contra diez, contra los patovas, policías,
choripaneros, tacheros, etc. Se pelea con todos y su noche no es
“la noche” sin pegarle un trompadon a alguien. Incluso se va
orgulloso cuando lo fajan.
*
La pelotuda que va con las amigas: la mina esta inmersa en una
ronda de minas, intocable, impenetrable, como fortaleza medieval.
No solamente no podes llegar a ella porque ella se refugie entre
paredes de hembras, sino que las amigas no te dejan que la toques,
como que la protegen y cuidan del mal de los hombres. Como que
fuésemos del bando enemigo y ninguna puede caer vencida ante
nosotros. La boba esta todo el día haciendo payasadas entre las
pibas, pasitos, bailecitos y poronguitas. Para calentura de todos
los tipos, la tonta se abraza con las amigas, se manosean, hacen
el baile de la botella, se apoyan, se sacan fotos, gatean… todo
porque hay una troupe de giles baboseándose. Varias veces pensaste
en ser el brabucón y fajarlas a todas juntas…
*
El relaciones públicas: el típico amigo de todos que nadie lo
quiere… el absurdo muchacho anda a los abrazos por todo el boliche
con cuanto nabo reconozca su cara. Lo usan todos, le piden que los
deje pasar, que les saque un trago más barato, que les regale un
trago, que les haga el aguante a un amigo, etc. El pobre infeliz
se pasa la noche haciendo pasar giles y regalando boludeces, todo
para volverse solo a su casa. Son todos falsos con él y se enojan
si no les da nada. Todos le hablan dos minutos y se borran, porque
el loco es zarpado choto.
*
El topu: infaltable en la noche bolichera. El topu esta toda la
noche en la barra apoyando muñecos. Como no se anima a encarar
tipos (porque aún esta encubierto) se regocija fregándose contra
los culos de los nenes. Lleva pantalones sueltos, de lino, cosa de
sentir más las nalgas en su pitilín. Anda con collares, pulseritas
y todo lo que pueda dar indicios de que le gusta la manija. Mira
tipos, va con un grupo de minas que saben de su gusto por el
helado de carne y baila bien afeminado. No se anima a ir a
boliches gay, pero esta al salto por comerse un pibito.
*
El bichero: este compadre no pierde un segundo en nada. No se
gasta en hablar, en bailar, en hacer filos, en nada. Se pasa todo
el cotejo, el arte del levante, el filtreo, la tertulia por la
raya del ojete. Llega, apunta al bicho más fácil del recinto y
dispara su tiro de sexópata empedernido. No le hace asco a nada,
cualquier bondi lo deja en buena parada... Gorditas, gordotas, más
altas, más petisas, con menos dientes, de color, transparentes,
nariguetas, chuecas, escuálidas, raras, exóticas, todas le vienen
bien, todas sacian su adicción por el sexo.
*
La mochila: este fantasma arruina toda la magia de la noche. En el
grupo de amigos nadie se lo banca, todos lo tratan de evitar,
porque salir de levante con él es como cargar una pesada mochila.
Vos encarás y la mochila está ahí atrás, sin hacer ni decir nada,
tiene menos gracia que una centolla y es más aburrido que tener
hipo en un consultorio odontológico. Las minas te cortan el rostro
porque se hacen el aguante entre ellas y ninguna se quiere comer
el garrón de quedarse con la mochila. Al vago lo dejan solo bien
rapidito y si te lo cruzas tratas de perderlo o resignarte a pasar
una noche de tragos y amigos. La mochila se pone ebrio y es más
aburrido aún, no hay con que darle para que se despierte un
poquito. Ni el faso lo alegra!
*
La promiscua: no coje (aún), pero siempre termina a los revolcones
con algún muchacho en los sillones del boliche. Uno, dos o tres
son los que generalmente se la pasan en una misma noche. La sacan
a bailar y al toque se pone calenchu, todas las amigas saben que
se viene el descajete (incluso algunas no se la bancan, por puta o
por envidia). La mina es divertida y alegre, le pone las pilas a
las amigas y el culo a los pibes. No hay noche en la que no se la
chapen. La suripanta conoce todos los recovecos del recinto y
tiene sus lugares favoritos en cada boliche. En los sillones es
una loba, pero la invitan a algo más y se reserva el derecho de
admisión. Besa, muerda, tira, clava, toca y huye. Deja al muñeco
de los muñecos más duro que pelota de cemento y ahí se va… de
levante nuevamente.
*
El patovica: obvio… infaltable. El gordo anabolizado, mastodonte
idiota, bárbaro inflado y relleno de pastillas y tóxicos. Son el
asco de todos, repugnantes, ortivas, mala leche y mal agestados.
Lo que más bronca les da es que saben que la guita que vos te
gastas dentro en joda es la que ganan ellos de sueldo, así que te
odian. No tienen piedad del más mínimo descuido que te mandes para
embocarte, romperte la cara y dejarte marcadito para todo el
viaje. Pito… no tienen, así que como un eunuco resentido y déspota
esperan a que hagas media para señalarte con el lasercito del orto
y que una manda de mamuts te ataquen, cual pilares de rugby. Solos
no se la bancan así que te pegan de a varios y cuando la falopa se
les acaba les pinta el bajón y se dan cuenta lo miserables que
son. Todo se les pasa cuando se papean y vuelven al gym, para
mirarse entre ellos y tratar de ocultar su gusto por el pene.
Aborrecible raza inferior de mente.
quiere… el absurdo muchacho anda a los abrazos por todo el boliche
con cuanto nabo reconozca su cara. Lo usan todos, le piden que los
deje pasar, que les saque un trago más barato, que les regale un
trago, que les haga el aguante a un amigo, etc. El pobre infeliz
se pasa la noche haciendo pasar giles y regalando boludeces, todo
para volverse solo a su casa. Son todos falsos con él y se enojan
si no les da nada. Todos le hablan dos minutos y se borran, porque
el loco es zarpado choto.
*
El topu: infaltable en la noche bolichera. El topu esta toda la
noche en la barra apoyando muñecos. Como no se anima a encarar
tipos (porque aún esta encubierto) se regocija fregándose contra
los culos de los nenes. Lleva pantalones sueltos, de lino, cosa de
sentir más las nalgas en su pitilín. Anda con collares, pulseritas
y todo lo que pueda dar indicios de que le gusta la manija. Mira
tipos, va con un grupo de minas que saben de su gusto por el
helado de carne y baila bien afeminado. No se anima a ir a
boliches gay, pero esta al salto por comerse un pibito.
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El bichero: este compadre no pierde un segundo en nada. No se
gasta en hablar, en bailar, en hacer filos, en nada. Se pasa todo
el cotejo, el arte del levante, el filtreo, la tertulia por la
raya del ojete. Llega, apunta al bicho más fácil del recinto y
dispara su tiro de sexópata empedernido. No le hace asco a nada,
cualquier bondi lo deja en buena parada... Gorditas, gordotas, más
altas, más petisas, con menos dientes, de color, transparentes,
nariguetas, chuecas, escuálidas, raras, exóticas, todas le vienen
bien, todas sacian su adicción por el sexo.
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La mochila: este fantasma arruina toda la magia de la noche. En el
grupo de amigos nadie se lo banca, todos lo tratan de evitar,
porque salir de levante con él es como cargar una pesada mochila.
Vos encarás y la mochila está ahí atrás, sin hacer ni decir nada,
tiene menos gracia que una centolla y es más aburrido que tener
hipo en un consultorio odontológico. Las minas te cortan el rostro
porque se hacen el aguante entre ellas y ninguna se quiere comer
el garrón de quedarse con la mochila. Al vago lo dejan solo bien
rapidito y si te lo cruzas tratas de perderlo o resignarte a pasar
una noche de tragos y amigos. La mochila se pone ebrio y es más
aburrido aún, no hay con que darle para que se despierte un
poquito. Ni el faso lo alegra!
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La promiscua: no coje (aún), pero siempre termina a los revolcones
con algún muchacho en los sillones del boliche. Uno, dos o tres
son los que generalmente se la pasan en una misma noche. La sacan
a bailar y al toque se pone calenchu, todas las amigas saben que
se viene el descajete (incluso algunas no se la bancan, por puta o
por envidia). La mina es divertida y alegre, le pone las pilas a
las amigas y el culo a los pibes. No hay noche en la que no se la
chapen. La suripanta conoce todos los recovecos del recinto y
tiene sus lugares favoritos en cada boliche. En los sillones es
una loba, pero la invitan a algo más y se reserva el derecho de
admisión. Besa, muerda, tira, clava, toca y huye. Deja al muñeco
de los muñecos más duro que pelota de cemento y ahí se va… de
levante nuevamente.
*
El patovica: obvio… infaltable. El gordo anabolizado, mastodonte
idiota, bárbaro inflado y relleno de pastillas y tóxicos. Son el
asco de todos, repugnantes, ortivas, mala leche y mal agestados.
Lo que más bronca les da es que saben que la guita que vos te
gastas dentro en joda es la que ganan ellos de sueldo, así que te
odian. No tienen piedad del más mínimo descuido que te mandes para
embocarte, romperte la cara y dejarte marcadito para todo el
viaje. Pito… no tienen, así que como un eunuco resentido y déspota
esperan a que hagas media para señalarte con el lasercito del orto
y que una manda de mamuts te ataquen, cual pilares de rugby. Solos
no se la bancan así que te pegan de a varios y cuando la falopa se
les acaba les pinta el bajón y se dan cuenta lo miserables que
son. Todo se les pasa cuando se papean y vuelven al gym, para
mirarse entre ellos y tratar de ocultar su gusto por el pene.
Aborrecible raza inferior de mente.
jajajjaajja
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