miércoles, 7 de enero de 2009




Bienvenido al síntoma espantoso de necesitarte cada día, de despertarme y darme cuenta que ya no te tengo a algunos pasos, que si quiero volver a escuchar tu voz sea por ahora atrás de un teléfono. Bienvenidas mañanas, tardes y noches sin tu risa, bienvenidas lagrimas en mis ojos, bienvenidos sean mis labios secos por la ausencia de tus besos, bienvenidas mis manos frías otra vez. Bienvenida esta tristeza de caminar sola por la calle, bienvenido cada recuerdo que tiene que ver con vos, bienvenido cada llanto, bienvenida soledad. Bienvenidas dos palabras que son las únicas que hoy se me ocurren pronunciar TE EXTRAÑO.

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